viernes, 11 de diciembre de 2009

CONSUMO RESPONSABLE Y COMERCIO JUSTO

Un cuento para pensar en las fiestas que vienen..

El regalo de los Reyes Magos

O. Henry

Un dólar y ochenta y siete centavos. Eso era todo. Y setenta centavos estaban en céntimos. Céntimos ahorrados, uno por uno, discutiendo con el comerciante y el verdulero y el carnicero hasta que las mejillas de uno se ponían rojas de vergüenza ante la silenciosa acusación de avaricia que implicaba un regateo tan obstinado. Delia los contó tres veces. Un dólar y ochenta y siete centavos. Y al día siguiente era Navidad.

Evidentemente no había nada que hacer fuera de echarse al miserable lecho y llorar. Y Delia lo hizo. Lo que conduce a la reflexión moral de que la vida se compone de sollozos, lloriqueos y sonrisas, con predominio de los lloriqueos.

Mientras la dueña de casa se va calmando, pasando de la primera a la segunda etapa, echemos una mirada a su hogar, uno de esos departamentos de ocho dólares a la semana. No era exactamente un lugar para alojar mendigos, pero ciertamente la policía lo habría descrito como tal.

Abajo, en la entrada, había un buzón al cual no llegaba carta alguna, Y un timbre eléctrico al cual no se acercaría jamás un dedo mortal. También pertenecía al departamento una tarjeta con el nombre de "Señor James Dillingham Young".

La palabra "Dillingham" había llegado hasta allí volando en la brisa de un anterior período de prosperidad de su dueño, cuando ganaba treinta dólares semanales. Pero ahora que sus entradas habían bajado a veinte dólares, las letras de "Dillingham" se veían borrosas, como si estuvieran pensando seriamente en reducirse a una modesta y humilde "D". Pero cuando el señor James Dillingham Young llegaba a su casa y subía a su departamento, le decían "Jim" y era cariñosamente abrazado por la señora Delia Dillingham Young, a quien hemos presentado al lector como Delia. Todo lo cual está muy bien.

Delia dejó de llorar y se empolvó las mejillas con el cisne de plumas. Se quedó de pie junto a la ventana y miró hacia afuera, apenada, y vio un gato gris que caminaba sobre una verja gris en un patio gris. Al día siguiente era Navidad y ella tenía solamente un dólar y ochenta y siete centavos para comprarle un regalo a Jim. Había estado ahorrando cada centavo, mes a mes, y éste era el resultado. Con veinte dólares a la semana no se va muy lejos. Los gastos habían sido mayores de lo que había calculado. Siempre lo eran. Sólo un dólar con ochenta y siete centavos para comprar un regalo a Jim. Su Jim. Había pasado muchas horas felices imaginando algo bonito para él. Algo fino y especial y de calidad -algo que tuviera justamente ese mínimo de condiciones para que fuera digno de pertenecer a Jim. Entre las ventanas de la habitación había un espejo de cuerpo entero. Quizás alguna vez hayan visto ustedes un espejo de cuerpo entero en un departamento de ocho dólares. Una persona muy delgada y ágil podría, al mirarse en él, tener su imagen rápida y en franjas longitudinales. Como Delia era esbelta, lo hacía con absoluto dominio técnico. De repente se alejó de la ventana y se paró ante el espejo. Sus ojos brillaban intensamente, pero su rostro perdió su color antes de veinte segundos. Soltó con urgencia sus cabellera y la dejó caer cuan larga era.

Los Dillingham eran dueños de dos cosas que les provocaban un inmenso orgullo. Una era el reloj de oro que había sido del padre de Jim y antes de su abuelo. La otra era la cabellera de Delia. Si la Reina de Saba hubiera vivido en el departamento frente al suyo, algún día Delia habría dejado colgar su cabellera fuera de la ventana nada más que para demostrar su desprecio por las joyas y los regalos de Su Majestad. Si el rey Salomón hubiera sido el portero, con todos sus tesoros apilados en el sótano, Jim hubiera sacado su reloj cada vez que hubiera pasado delante de él nada más que para verlo mesándose su barba de envidia.

La hermosa cabellera de Delia cayó sobre sus hombros y brilló como una cascada de pardas aguas. Llegó hasta más abajo de sus rodillas y la envolvió como una vestidura. Y entonces ella la recogió de nuevo, nerviosa y rápidamente. Por un minuto se sintió desfallecer y permaneció de pie mientras un par de lágrimas caían a la raída alfombra roja.

Se puso su vieja y oscura chaqueta; se puso su viejo sombrero. Con un revuelo de faldas y con el brillo todavía en los ojos, abrió nerviosamente la puerta, salió y bajó las escaleras para salir a la calle.

Donde se detuvo se leía un cartel: "Mme. Sofronie. Cabellos de todas clases". Delia subió rápidamente Y, jadeando, trató de controlarse. Madame, grande, demasiado blanca, fría, no parecía la "Sofronie" indicada en la puerta.

-¿Quiere comprar mi pelo? -preguntó Delia.

-Compro pelo -dijo Madame-. Sáquese el sombrero y déjeme mirar el suyo.

La áurea cascada cayó libremente.

-Veinte dólares -dijo Madame, sopesando la masa con manos expertas.

-Démelos inmediatamente -dijo Delia.

Oh, y las dos horas siguientes transcurrieron volando en alas rosadas. Perdón por la metáfora, tan vulgar. Y Delia empezó a mirar los negocios en busca del regalo para Jim.

Al fin lo encontró. Estaba hecho para Jim, para nadie más. En ningún negocio había otro regalo como ése. Y ella los había inspeccionado todos. Era una cadena de reloj, de platino, de diseño sencillo y puro, que proclamaba su valor sólo por el material mismo y no por alguna ornamentación inútil y de mal gusto... tal como ocurre siempre con las cosas de verdadero valor. Era digna del reloj. Apenas la vio se dio cuenta de que era exactamente lo que buscaba para Jim. Era como Jim: valioso y sin aspavientos. La descripción podía aplicarse a ambos. Pagó por ella veintiún dólares y regresó rápidamente a casa con ochenta y siete centavos. Con esa cadena en su reloj, Jim iba a vivir ansioso de mirar la hora en compañía de cualquiera. Porque, aunque el reloj era estupendo, Jim se veía obligado a mirar la hora a hurtadillas a causa de la gastada correa que usaba en vez de una cadena.

Cuando Delia llegó a casa, su excitación cedió el paso a una cierta prudencia y sensatez. Sacó sus tenacillas para el pelo, encendió el gas y empezó a reparar los estragos hechos por la generosidad sumada al amor. Lo cual es una tarea tremenda, amigos míos, una tarea gigantesca.

A los cuarenta minutos su cabeza estaba cubierta por unos rizos pequeños y apretados que la hacían parecerse a un encantador estudiante holgazán. Miró su imagen en el espejo con ojos críticos, largamente.

"Si Jim no me mata, se dijo, antes de que me mire por segunda vez, dirá que parezco una corista de Coney Island. Pero, ¿qué otra cosa podría haber hecho? ¡Oh! ¿Qué podría haber hecho con un dólar y ochenta y siete centavos?"

A las siete de la noche el café estaba ya preparado y la sartén lista en la estufa para recibir la carne.

Jim no se retrasaba nunca. Delia apretó la cadena en su mano y se sentó en la punta de la mesa que quedaba cerca de la puerta por donde Jim entraba siempre. Entonces escuchó sus pasos en el primer rellano de la escalera y, por un momento, se puso pálida. Tenía la costumbre de decir pequeñas plegarias por las pequeñas cosas cotidianas y ahora murmuró: "Dios mío, que Jim piense que sigo siendo bonita".

La puerta se abrió, Jim entró y la cerró. Se le veía delgado y serio. Pobre muchacho, sólo tenía veintidós años y ¡ya con una familia que mantener! Necesitaba evidentemente un abrigo nuevo y no tenía guantes.

Jim franqueó el umbral y allí permaneció inmóvil como un perdiguero que ha descubierto una codorniz. Sus ojos se fijaron en Delia con una expresión que su mujer no pudo interpretar, pero que la aterró. No era de enojo ni de sorpresa ni de desaprobación ni de horror ni de ningún otro sentimiento para los que ella hubiera estado preparada. Él la miraba simplemente, con fijeza, con una expresión extraña.

Delia se levantó nerviosamente y se acercó a él.

-Jim, querido -exclamó- no me mires así. Me corté el pelo y lo vendí porque no podía pasar la Navidad sin hacerte un regalo. Crecerá de nuevo ¿no te importa, verdad? No podía dejar de hacerlo. Mi pelo crece rápidamente. Dime "Feliz Navidad" y seamos felices. ¡No te imaginas qué regalo, qué regalo tan lindo te tengo!

-¿Te cortaste el pelo? -preguntó Jim, con gran trabajo, como si no pudiera darse cuenta de un hecho tan evidente aunque hiciera un enorme esfuerzo mental.

-Me lo corté y lo vendí -dijo Delia-. De todos modos te gusto lo mismo, ¿no es cierto? Sigo siendo la misma aún sin mi pelo, ¿no es así?

Jim pasó su mirada por la habitación con curiosidad.

-¿Dices que tu pelo ha desaparecido? -dijo con aire casi idiota.

-No pierdas el tiempo buscándolo -dijo Delia-. Lo vendí, ya te lo dije, lo vendí, eso es todo. Es Nochebuena, muchacho. Lo hice por ti, perdóname. Quizás alguien podría haber contado mi pelo, uno por uno -continuó con una súbita y seria dulzura-, pero nadie podría haber contado mi amor por ti. ¿Pongo la carne al fuego? -preguntó.

Pasada la primera sorpresa, Jim pareció despertar rápidamente. Abrazó a Delia. Durante diez segundos miremos con discreción en otra dirección, hacia algún objeto sin importancia. Ocho dólares a la semana o un millón en un año, ¿cuál es la diferencia? Un matemático o algún hombre sabio podrían darnos una respuesta equivocada. Los Reyes Magos trajeron al Niño regalos de gran valor, pero aquél no estaba entre ellos. Este oscuro acertijo será explicado más adelante.

Jim sacó un paquete del bolsillo de su abrigo y lo puso sobre la mesa.

-No te equivoques conmigo, Delia -dijo-. Ningún corte de pelo, o su lavado o un peinado especial, harían que yo quisiera menos a mi mujercita. Pero si abres ese paquete verás por qué me has provocado tal desconcierto en un primer momento.

Los blancos y ágiles dedos de Delia retiraron el papel y la cinta. Y entonces se escuchó un jubiloso grito de éxtasis; y después, ¡ay!, un rápido y femenino cambio hacia un histérico raudal de lágrimas y de gemidos, lo que requirió el inmediato despliegue de todos los poderes de consuelo del señor del departamento.

Porque allí estaban las peinetas -el juego completo de peinetas, una al lado de otra- que Delia había estado admirando durante mucho tiempo en una vitrina de Broadway. Eran unas peinetas muy hermosas, de carey auténtico, con sus bordes adornados con joyas y justamente del color para lucir en la bella cabellera ahora desaparecida. Eran peinetas muy caras, ella lo sabía, y su corazón simplemente había suspirado por ellas y las había anhelado sin la menor esperanza de poseerlas algún día. Y ahora eran suyas, pero las trenzas destinadas a ser adornadas con esos codiciados adornos habían desaparecido.

Pero Delia las oprimió contra su pecho y, finalmente, fue capaz de mirarlas con ojos húmedos y con una débil sonrisa, y dijo:

-¡Mi pelo crecerá muy rápido, Jim!

Y enseguida dio un salto como un gatito chamuscado y gritó:

-¡Oh, oh!

Jim no había visto aún su hermoso regalo. Delia lo mostró con vehemencia en la abierta palma de su mano. El precioso y opaco metal pareció brillar con la luz del brillante y ardiente espíritu de Delia.

-¿Verdad que es maravillosa, Jim? Recorrí la ciudad entera para encontrarla. Ahora podrás mirar la hora cien veces al día si se te antoja. Dame tu reloj. Quiero ver cómo se ve con ella puesta.

En vez de obedecer, Jim se dejo caer en el sofá, cruzó sus manos debajo de su nuca y sonrió.

-Delia -le dijo- olvidémonos de nuestros regalos de Navidad por ahora. Son demasiado hermosos para usarlos en este momento. Vendí mi reloj para comprarte las peinetas. Y ahora pon la carne al fuego.

Los Reyes Magos, como ustedes seguramente saben, eran muy sabios -maravillosamente sabios- y llevaron regalos al Niño en el Pesebre. Ellos fueron los que inventaron los regalos de Navidad. Como eran sabios, no hay duda que también sus regalos lo eran, con la ventaja suplementaria, además, de poder ser cambiados en caso de estar repetidos. Y aquí les he contado, en forma muy torpe, la sencilla historia de dos jóvenes atolondrados que vivían en un departamento y que insensatamente sacrificaron el uno al otro los más ricos tesoros que tenían en su casa. Pero, para terminar, digamos a los sabios de hoy en día que, de todos los que hacen regalos, ellos fueron los más sabios. De todos los que dan y reciben regalos, los más sabios son los seres como Jim y Delia. Ellos son los verdaderos Reyes Magos.

jueves, 8 de octubre de 2009

UN NUEVO BLOG

Hola, amigos.

os escribo para informaros de que a partir de este viernes pasado tengo un Blog.

Os adjunto la dirección y de momento sólo hay un partado de Bienvenida y otro de Apunte biográfico con el fin de que sea lo primero que vayáis a ver (por pura lógica, que parece que no es la lógica de estos espacios), pero a partir de esta semana próxima habrá nuevas entradas de forma periódica. También tendré un apartado de Agenda (que tendré que ver cómo lo organizo) para que podáis ver lo que iré a hacer cada mes o cada 15 días (y así no tendría que llamar a todo el mundo para ver quien se quiere apuntar a ver una obra de teatro o una exposicion...) y también lo ya hecho.
En el Blog publicaré tanto "cosas" inéditas como artículos u otras colaboraciones que vaya publicando en otros medios.

Y la dirección de mi Blog es: http://ellucerodelalba.wordpress.com

(El lucero del alba)

Espero que os guste,

Zorann Petrovici

lunes, 28 de septiembre de 2009

ZORANN PETROVICI

How to be an Alien

‘If you are invited to an English home, at five o’clock in the morning you get a cup of tea.

Con frases como ésta, capta George Mikes, el autor del libro que les voy a recomendar, la atención del lector fascinado por los relatos llenos de pícara ironía que nos son expuestos en esta breve obra.

Y es que, como se habrán dado cuenta, en este libro se nos presentan las más destacables costumbres inglesas* relatadas en un inteligente tono cómico desde el punto de vista de un extranjero que recuerda sus primeras impresiones y las mezcla con la experiencia de los años vividos en Inglaterra que, sin embargo, no le evitan la sorpresa o la extrañeza ante tales hábitos y modas.

Si les he puesto tanto el título como un extracto del libro en inglés, es porque les recomiendo que lo lean en versión original. No hace falta que cante las ventajas y excelencias de leer una obra en el idioma de su primera escritura porque ya son por todos conocidas; exactitud en las expresiones y en lo dicho, apreciación de la belleza de la obra en su cenit, de los giros de palabras y de las expresiones de un idioma que enriquecen nuestro vocabulario…

Pero lo que haré es decirles por qué es aconsejable que lean este libro en particular en versión original, sobre todo si se trata del primero. Es un libro que está escrito en un lenguaje bastante accesible para todos los niveles, incluido un nivel básico; está presentado en forma de apartados individuales de corta extensión (desde dos líneas hasta las cuatro páginas en su extensión máxima pasando por la media página o las dos páginas) alrededor de un tema central (el té, el lenguaje, el tiempo, la descortesía, la conducción de coches, la planificación de una ciudad…); en sí mismo es un libro muy corto que facilita una lectura principiante en versión original y además cuenta, como decía más arriba, con el aliciente de ser un libro en clara tónica alegre, divertida, relajada que propicia un clima de lectura muy favorable.

Por todo ello, les animo a que lo lean, disfruten de su lectura y nos lo cuenten en el Blog.

* como bien indica el autor en las primeras páginas, cuando en el libro se habla de Inglaterra, no se habla de la Gran Bretaña, ni del Reino Unido, ni de las Islas Británicas, sino de Inglaterra, sólo y exclusivamente.

jueves, 17 de septiembre de 2009

¡QUÉ BIEN QUE YA ESTÁIS AQUÍ!


Desde la Biblioteca del Bosco os damos la bienvenida a este nuevo curso y os deseamos un grato reencuentro con vuestros compañeros y compañeras y también con el profesorado.

Os recordamos que nos gustan mucho vuestras aportaciones.

Nuestra primera propuesta es que nos recomendéis algún libro que hayáis leído este verano.



Aquí van las nuestras: Un cuento y dos novelas.

El mundo

por Eduardo Galeano

Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo.

A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos.

El mundo es eso —reveló—. Un montón de gente, un mar de fueguitos.

Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás.

No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende.




El Misterio de la mujer autómata
por Joan Manuel Gisbert

En 1821, Hans Helvetius es el fabricante de autómatas más famoso de París. Un día, recibe un encargo muy sospechoso: crear un autómata en estricto secreto, tomando como modelo la imagen de cera de una mujer supuestamente inexistente. Una vez acabada la obra, entran en su taller, y le roban el autómata. Helvetius llama a la policía, que empieza a investigar. Tras seguir muchas pistas, descubren que la modelo de cera es una mujer real, Eugénie Valmont.



Nunca seré tu héroe
por Ana Mª Menéndez-Ponte

Es un novela realista que narra con humor los problemas reales de los adolescentes. Cuenta la historia de un chico que, según él, es muy complicada y vive experiencias inolvidables.

jueves, 4 de junio de 2009

DÍA MUNDIAL DE LA MUJER


El día 8 de marzo de 2009 cuando llegamos al instituto nuestra tutora nos dijo que íbamos a bajar a la biblioteca a buscar información sobre “El día de la mujer”

En la biblioteca había preparada una gran mesa con información sobre mujeres que han destacado en muchos campos como literatura y ciencias para celebrar el día del a mujer.

La clase se dividió en varios grupos los cuales tenían que recoger información para luego en horas de tutoría terminar nuestro trabajo, ponerlos en común y hacer un dossier que nos quedara de recuerdo a cada uno de nosotros.

Nos pusieron un video en el cuál nos daban una información de la historia que había ocurrido ese día en el que recordamos en 1908 un grupo de mujeres de la fabrica cottan de Nueva York se pusieron en huelga pidiendo una reducción de jornada laboral ye l dueño prendió fuego a la fabrica para obligarlas a salir. Muchas de ellas, 129, prefirieron no salir y defender sus derechos incluso muriendo.

Gabriel y Tamara 2-B

miércoles, 29 de abril de 2009


Durante los días 30 de abril al 8 de mayo, nos vamos a dedicar, en nuestro instituto, a realizar actividades relacionadas con el Mundo Grecolatino. Os invitamos a participar.

Habrá actividades en cada una de las áreas; actividades de animación a la lectura con exposición de marcapáginas reaizados por los alumnos en la biblioteca; visionado de películas en el salón de actos; dos librerías de Alcázar nos darán a conocer sus últimas novedades; un concurso de vestuario grecorromano; una visita a las excavaciones arqueológicas de Alcázar...

Ya sabéis que nos gusta saber lo que pensáis, podéis dejar aquí en el blog, vuestra opiniones sobre las actividades que más os han gustado.

domingo, 26 de abril de 2009

UN CONCURSO DE INGLÉS PARA TODO EL ALUMNADO

Los alumnosde secundaria del IES Juan Bosco llevamos ya dos años participando en el Big Challenge.

El Big Challenge es un concurso de inglés a nivel europeo que consiste en hacer un exámen tipo test.

Todos los que participamos vamos al salón de actos el día establecido. Este año es el 7 de Mayo. Nuestros profesores de inglés nos vigilan mientras hacemos la prueba.


Antes nos preparamos para ese día entrando en la página web, donde hacemos ejercicios similares y podemos ir comprobando nuestros avances.

Está organizado y corregido por University of Cambridge.

Después nos envía los resultados comparando los nuestros con los de otros institutos.

Sólo por participar nos dan un diploma, información sogre el Big Challenge y pequeños regalos a todos.


¡¡ANIMAOS A PARTICIPAR!!



Realizado por: Noelia Meco, Miriam Mrtínez y Mª Elisa Dueñas 2ºB ESO

jueves, 16 de abril de 2009

Cambiar de aires. Zorann Petrovici

Vuelvo a aparecer en el Blog de la Biblioteca del Instituto para recomendarles otro libro. Esta vez no es una novela, ni una obra de teatro, ni tan siquiera de poesía. No se trata pues de un libro al uso, porque no podría estar encuadrado tampoco en el género del ensayo o de la divulgación científica. No estoy del todo seguro en qué género lo podría enmarcar, ni siquiera si se podría ubicar en alguno. Les estoy hablando de “El tratado de las buenas maneras” – que lo encontrarán en tres libros diferentes (I, II y III) – cuyo autor es el gran periodista y escritor Alfonso Ussía, que para más inri es nieto del dramaturgo Pedro Muñoz Seca.

Como habrán podido averiguar, por el título, son unos tratados en los que se nos presentan diferentes situaciones y cuál es la mejor manera, la más adecuada o, si quieren, la más protocolaria para salir airosos de éstas.

Ello, que nos podría parecer algo de suma pesadez, de alta seriedad – propias de tales tratados –, no es ni de lejos el ambiente en que se mueve el libro.

La comicidad está servida en esta lectura. Desde las situaciones mismas (el encuentro, en el pasillo, de noche, entre el anfitrión y su tío cardenal que está de visita y que va al baño en calzoncillos o la situación embarazosa de un señor que, encontrándose con una amiga, tiene que ser testigo de cómo ésta le da el pecho a su bebé en una terraza…) hasta la forma en que éstas son contadas en clave de inteligente ironía, con un toque de humor inglés (del bueno) y en forma de historietas en las cuales se nos escenifica aquello que se nos quiere transmitir en la persona de amigos, familiares o conocidos del autor (tengo serias dudas y sospechas más que fundadas de que tales personajes existan en la realidad).

Además de pasar un buen rato con un libro ameno, cuyas narraciones cortas nos entretienen y, en ciertas ocasiones, nos pueden provocar ataques de risa con carcajadas imparables, es una obra de la que podemos aprender y mucho de cómo comportarnos en ciertas ocasiones o, incluso, cosas que es bueno saber como qué tipos de zapatos no llevar, cuándo es lícito decir un buen taco sonoro y contundente (porque, aunque parezca mentira, Ussía nos recomienda usarlos en momentos muy señalados aunque, eso sí, sin abusar), qué palabras no se deben emplear en algunas situaciones en que las usamos, porque no tendrían sentido alguno (como, por ejemplo, la expresión “pillar un taxi”), o qué nombres no son muy apropiados, etcétera.

Ya sólo me queda decirles que lean los libros (desde aquí me atrevo a insinuar a las autoridades competentes del Instituto que los adquieran para la Biblioteca) y también quisiera animarles a que, tras leer los libros que desde estas líneas se les recomienda, tengan a bien escribir en unos renglones su parecer acerca de los mismos. Seguro estoy que no habrá mejor aliciente para la lectura de esos libros que las opiniones o las valoraciones que hagan los mismos compañeros.



lunes, 30 de marzo de 2009

Un lector del Bosco nos recomienda

Soy un alumno del IES "Juan Bosco" y tengo la afición de leer muchos libros, uno de mis favoritos es la saga de 7 libros "Ciclo de la puerta de la muerte" escrita por Margaret Weis y Tracy Hitman, pertenece al género de fantasía.

En ellos se cuenta la guerra entre dos razas semejantes a dioses, los Patryn y los Sartan. EL mundo en el que viven se dividió en 4, separando así a los que no eran dioses, los Meshs. Haplo, un patryn, viajará a lo largo de los mundos con el fin de reunir información y formar una alianza que consiga derrotar a los Sartan.

Esta es más o menos la historia, podría contaros más, pero es mejor que la leáis vosotros mismos.

Títulos:

1º- Ala de dragón
2º- La estrella de los elfos
3º- EL mar de fuego
4º- El mago y la serpiente
5º-la mano del caos
6º- En el laberinto
7º- La séptima puerta


Atentamente:

Cristian Navarro Garcia

lunes, 16 de marzo de 2009

miércoles, 11 de marzo de 2009

LA FUNDACIÓN

jueves, 5 de marzo de 2009

El día ocho de marzo, recordamos a las mujeres que sufren injusticias


El Día Internacional de la Mujer Trabajadora se refiere a las mujeres corrientes como artífices de la historia y hunde sus raíces en la lucha plurisecular de la mujer por participar en la sociedad en pie de igualdad con el hombre. En la antigua Grecia, Lisístrata empezó una huelga sexual contra los hombres para poner fin a la guerra; en la Revolución Francesa, las parisienses que pedían "libertad, igualdad y fraternidad" marcharon hacia Versalles para exigir el sufragio femenino.

Ésta es una celebración que las Naciones Unidas declararon en el año 1975, pero que tiene sus orígenes en el año 1908 en Nueva York. A comienzos de siglo, muchas mujeres se incorporaron al trabajo en las fábricas en unas condiciones muy duras: jornadas laborales larguísimas, de doce y más horas, recibiendo salarios inferiores a los de los hombres.

A medida que las mujeres se iban incorporando al mundo laboral, se hacía más evidente que aquella situación no era justa, y poco a poco empezaron a organizarse. Una de las protestas reivindicando mejores condiciones laborales fue la que protagonizaron las trabajadoras de la fábrica textil Cotton de Nueva York, en Estados Unidos.

Era el 8 de marzo de 1908 y las trabajadoras se encerraron en el interior para pedir que se les redujera su jornada laboral a 10 horas. El propietario de la fábrica decidió incendiar el edificio para hacerlas salir de allí, pero el resultado fue de 129 trabajadoras muertas.

El creciente movimiento internacional de la mujer, reforzado por las Naciones Unidas mediante cuatro conferencias mundiales sobre la mujer, ha contribuido a que la conmemoración sea un punto de convergencia de las actividades coordinadas en favor de los derechos de la mujer y su participación en la vida política y económica.

El Día Internacional de la Mujer es cada vez más una ocasión para reflexionar sobre los avances conseguidos, exigir cambios y celebrar los actos de valor y decisión de mujeres comunes que han desempeñado una función extraordinaria en la historia de los derechos de la mujer.

Pocas causas promovidas por las Naciones Unidas han concitado un apoyo más intenso y extendido que la campaña para fomentar y proteger la igualdad de derechos de la mujer. La Carta de las Naciones Unidas, firmada en San Francisco en 1945, fue el primer acuerdo internacional que proclamó que la igualdad de los sexos era un derecho humano fundamental. Desde entonces, la Organización ha contribuido a crear un legado histórico de estrategias, normas, programas y objetivos concertados internacionalmente para mejorar la condición de la mujer en todo el mundo.
En todos estos años las Naciones Unidas han actuado en cuatro direcciones concretas para mejorar la condición de la mujer: fomento de las medidas legales; movilización de la opinión pública y medidas internacionales; capacitación e investigación, incluida la reunión de datos estadísticos desglosados por sexo; y ayuda directa a los grupos desfavorecidos. Actualmente, uno de los principios rectores esenciales de la labor de las Naciones Unidas es que no puede hallarse una solución duradera a los problemas sociales, económicos y políticos más acuciantes de la sociedad sin la cabal participación y plena habilitación de las mujeres del mundo.

martes, 24 de febrero de 2009

Nuestro apreciado Zorann nos hace una aportación muy generosa

Antes de hacer mi pequeña aportación a este blog de la Biblioteca del Bosco, permítanme elogiar este proyecto cuyas intenciones no son otras, creo yo, que las de fomentar una práctica que nunca se tendría que dejar de llevar a cabo: la lectura. Y digo que siempre deberíamos seguir leyendo porque… bueno, las razones no cabrían en este formato, pero creo que hay una que sobresale de entre las demás; leyendo, uno es más rico, su bagaje personal es mayor, una persona que lee, ha crecido como persona. La lectura nos hace diferentes; no creo que haya nadie que, habiendo leído un libro, no haya cambiado algo en su vida. Soy, en estos momentos, tan optimista que me aventuraría a pensar que cualquier persona cuyos actos nos puedan parecer abominables, si es capaz de emocionarse con la lectura de un libro, en lo más recóndito de su interior, deja de ser tan horrible. Es posible que esto me lo rebatan mis doctos profesores de filosofía del Instituto (y digo esto sin sarcasmo alguno, más bien con la experiencia y el agradable recuerdo de quien ha sido su discípulo).

Hay una frase de Santa Teresa de Jesús que dice “Lee y conducirás, no leas y serás conducido”. Seguro estoy que la santa abulense estaba lejos de inculcarnos ideas de caudillaje cuando nos dejó esta frase; lo que nos quería transmitir es que no hemos de dejarnos conducir por nadie, hemos de ser libres y pensar por nosotros mismos; sapere aude, nos diría Kant. Y eso lo consigue, en buena medida, la lectura.

Por ello, repito, aplaudo esta iniciativa de la Biblioteca de nuestro instituto, que, además, en unos momentos tan críticos para las Ciencias Humanas, para las Letras, en los que se valora al máximo el avance tecnológico y se potencia el desarrollo de las Ciencias Físicas, Químicas, Biológicas… en detrimento, muchas veces, de las Ciencias Humanísticas, es una luz que quiere iluminar esa parte de la formación personal y académica de los individuos, tan necesaria e imprescindible como las otras.

Ya por último, quiero expresar mi agradecimiento al Instituto, a la Biblioteca y a quienes están al cargo de éstos por la posibilidad que me brindan, a través de este medio, de mantenerme en contacto con todos vosotros, profesores, alumnos y demás miembros de este Instituto de Educación Secundaria “Juan Bosco” al que sólo se aprecia en totalidad cuando ya no se le tiene. Sé que esto es un tópico pero os puedo asegurar que es cierto. Disfrutad todo lo que podáis del Instituto y de lo que se os ofrece porque ahí se forja una parte importante de la vida y personalidad de los estudiantes. De eso doy fe.

El primer aporte que hago a este Blog tiene como objeto un libro que me hizo enamorarme de la lectura. Hasta conocerlo, sentía (y lo digo con profunda vergüenza y arrepentimiento) un cierto desprecio hacia la lectura. La contemplaba como una pérdida de tiempo y, desde luego, como un aburrimiento. Por ello fue que sólo a la edad de trece años empecé a sentir atracción por descubrir lo que se encerraba en aquéllas páginas que, unidas unas a otras formaban unos libros que descansaban en los estantes de mi biblioteca.

Este primer libro que leí se titula Los renglones torcidos de Dios. Su autor es Torcuato Luca de Tena. Y quiero empezar con este libro mis colaboraciones en esta publicación (amenazo con que serán más si me dejan) ya que hay entre el Juan Bosco, el libro y yo una relación de gran afecto.

Para empezar fue una maestra de este Instituto quien me lo regaló, mejor dicho, se lo regaló a mi madre. Y, años más tarde, en un trabajo de presentación en el aula, en la asignatura de Psicología, tuve la suerte de tratar un tema que está contemplado en el libro, más aun, del que éste trata: la paranoia. A raíz de este trabajo, lo volví a leer con mucho agrado y, desde luego, comprendiendo mucho mejor su contenido. Tenía mejores conocimientos del idioma, mejores conocimientos del tema referido, más años…

Los renglones torcidos de Dios, trata, como digo, de la paranoia. Nos presenta a una mujer, Alice Gould que, creyendo ser una detective privada, es ingresada en un sanatorio mental en el que su cometido será el de descubrir al asesino del padre de su cliente, Raimundo García del Olmo. Los paranoicos, como bien sabrán mis colegas de Psicología de 2º de Bachillerato, son unas personas con una inteligencia tal que son capaces de, en caso de ser descubiertos en una mentira, inventarse alguna excusa por la que queda totalmente claro que cuando estaban mintiendo era con anterioridad y que en este momento es cuando están diciendo la verdad. Alice Gould será una perfecta muestra de este tipo de enfermos, de tal manera que será capaz de engañar a los médicos hasta el punto en que éstos no sabrán si “ha sido ingresada injustamente o padece realmente un grave y peligroso trastorno psicológico”

Pero, además de la historia de Alice se nos hace una radiografía de la vida en un centro de este tipo.

Nos muestra (el autor estuvo ingresado voluntariamente en un sanatorio mental durante un tiempo para conocer de primera mano la situación) la miseria humana, la degradación a la que se puede llegar fruto de las terribles enfermedades psíquicas que las personas pueden sufrir; enseña, sin paliativo alguno pero, a la vez, sin caer en el tremendismo, el drama diario de enfermos, enfermeros, médicos y demás empleados del sanatorio en su lucha por seguir luchando un día más.

Todo ello lo consigue el autor a través de diferentes historias paralelas con las que la protagonista tendrá contacto y que nutrirán de forma armoniosa el cómputo total del libro.

Poco más me queda por decirles; lean el libro y seguramente entenderán por qué se lo recomiendo.

Un saludo y hasta pronto.

Zorann Petrovici

miércoles, 18 de febrero de 2009

jueves, 22 de enero de 2009

Con Paula Sánchez-Aguilera Sánchez-Paulete inauguramos la sección de colaboraciones ¡Gracias por este espeluznante artículo!

Leyendo y leyendo decido dejaros un pequeño artículo de la revista Muy Interesante (o muy recomendable…)

SALVAR EL MUNDO Y SALVARNOS NOSOTROS MISMOS

“En una región remota del noroeste del Pacífico dicen que no para de crecer un gran mar de los sargazos hecho de botellas y de bolsas y residuos de plástico, una plataforma flotante llevada allí por las corrientes marinas desde los litorales de todos los continentes, formando poco a poco un gran continente de basuras en el que peces y pájaros quedan atrapados, y en el que los veleros encallan sin poder avanzar. El envoltorio de un helado que te tomaste en la playa hace diez años puede estar allí, y también la cucharilla de plástico que tiraste en la arena después de chuparla distraídamente por última vez; la bolsa de plástico en la que llevaste la merienda puede haber asfixiado a una tortuga o a una foca. La botella de agua que ni siquiera terminaste de beber y arrojaste al río mientras dabas un paseo navegará por los mares durante al menos quinientos años, llevando en sí misma el mensaje de una frívola inconsciencia cuyo precio cada uno de nosotros está empezando a pagar.”

Antonio Muñoz Molina

Miembro de la Real Academia Española

miércoles, 21 de enero de 2009

EN EL BICENTENARIO DEL NACIMIENTO DE EDGAR ALLAN POE OS PROPONEMOS LEER


El corazón delator

Edgar Allan Poe

¡Es cierto! Siempre he sido nervioso, muy nervioso, terriblemente nervioso. ¿Pero por qué afirman ustedes que estoy loco? La enfermedad había agudizado mis sentidos, en vez de destruirlos o embotarlos. Y mi oído era el más agudo de todos. Oía todo lo que puede oírse en la tierra y en el cielo. Muchas cosas oí en el infierno. ¿Cómo puedo estar loco, entonces? Escuchen... y observen con cuánta cordura, con cuánta tranquilidad les cuento mi historia.

Me es imposible decir cómo aquella idea me entró en la cabeza por primera vez; pero, una vez concebida, me acosó noche y día. Yo no perseguía ningún propósito. Ni tampoco estaba colérico. Quería mucho al viejo. Jamás me había hecho nada malo. Jamás me insultó. Su dinero no me interesaba. Me parece que fue su ojo. ¡Sí, eso fue! Tenía un ojo semejante al de un buitre... Un ojo celeste, y velado por una tela. Cada vez que lo clavaba en mí se me helaba la sangre. Y así, poco a poco, muy gradualmente, me fui decidiendo a matar al viejo y librarme de aquel ojo para siempre.

Presten atención ahora. Ustedes me toman por loco. Pero los locos no saben nada. En cambio... ¡Si hubieran podido verme! ¡Si hubieran podido ver con qué habilidad procedí! ¡Con qué cuidado... con qué previsión... con qué disimulo me puse a la obra! Jamás fui más amable con el viejo que la semana antes de matarlo. Todas las noches, hacia las doce, hacía yo girar el picaporte de su puerta y la abría... ¡oh, tan suavemente! Y entonces, cuando la abertura era lo bastante grande para pasar la cabeza, levantaba una linterna sorda, cerrada, completamente cerrada, de manera que no se viera ninguna luz, y tras ella pasaba la cabeza. ¡Oh, ustedes se hubieran reído al ver cuán astutamente pasaba la cabeza! La movía lentamente...

Para seguir leyendo:

Ciudad Seva

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