martes, 12 de enero de 2010

Miep Gies, último testigo

martes 12 de enero de 2010

Nos vamos quedando sin testigos directos de uno de los más famosos períodos horrendos de la Historia de la Humanidad.

Miep Gies, la mujer que se preocupó de que el diario de la niña Anna Frank no cayese en manos nazis y en el olvido, ha dejado de existir en esta nuestra realidad. Llegó a cumplir cien años, casi todos dedicados a dar testimonio directo de sus experiencias y vivencias durante la ocupación nazi de su Holanda natal.

El Diario de Ana Frank, que ella rescató del escondite donde estuvo la familia Frank durante dos años, es un testimonio interesante sobre las vivencias que va experimentando una niña de 14 años en un medio en el que se ve forzada a convivir con personas ajenas a su propia familia, hecho que conlleva un proceso de maduración personal más rápido y forzado que en situaciones normales de libertad.


Leí el libro cuando era adolescente y me pareció muy interesante. Sé que que hay gente interesada en que aparezca el famoso diario como un auténtico fraude, tratando de desprestigiar el diario y las vivencias en él descritos. Y hasta quieren poner en duda la autenticidad del propio Holocausto nazi. Yo creo que hay muchísimas más pruebas en favor de la autenticidad del diario, y desde luego, no cabe ninguna duda de que los nazis cometieron las inhumanas iniquidades que los supervivientes describen y muchas más que sólo los verdugos y sus víctimas supieron.

También estoy convencido de que en la actualidad siguen habiendo casos de iniquidades que pasan casi desapercibidas porque parece que no interesa destapar y publicar. Las personas somos muy susceptibles de someter la razón a las emociones, y actuar, en situaciones extremas, de una forma totalmente contraria a los fundamentos propios de la especie a la que pertenecemos. Por suerte, siempre hay personas que, en esas mismas situaciones extremas, sacan a relucir lo mejor de la especie humana.

¿Qué es lo que diferencia a unos y otros? La Educación recibida. Una educación basada en el respeto a todas las personas y a todo ser viviente del planeta, da como resultado un ser humano empático y capaz de rebelarse ante cualquier abuso y falta de respeto. Relatos como el de Ana Frank nos ayudan a comprender cuáles son los verdaderos valores de la Humanidad, y sería interesante usarlos en los comentarios de texto de las asignaturas de Literatura y Educación para la Cuidadanía.

de: http://guisaet.blogspot.com

sábado, 2 de enero de 2010

Un poema para el día de Reyes

LAS DESIERTAS ABARCAS
Por el cinco de enero,
cada enero ponía
mi calzado cabrero
a la ventana fría.
-
Y encontraba los días
que derriban las puertas,
mis abarcas vacías,
mis abarcas desiertas.
-
Nunca tuve zapatos,
ni trajes, ni palabras:
siempre tuve regatos,
siempre penas y cabras.
-
Me vistió la pobreza,
me lamió el cuerpo el rio
y del pie a la cabeza
pasto fui del rocio.
-
Por el cinco de enero,
para el seis, yo quería
que fuera el mundo entero
una juguetería.
-
Y al andar la alborada
removiendo las huertas,
mis abarcas sin nada,
mis abarcas desiertas.
-
Ningun rey coronado
tuvo pie, tuvo gana
para ver el calzado
de mi pobre ventana.
-
Toda gente de trono,
toda gente de botas
se rio con encono
de mis abarcas rotas.
-
Rabié de llanto, hasta
cubrir de sal mi piel,
por un mundo de pasta
y unos hombres de miel.
-
Por el cinco de enero
de la majada mía
mi calzado cabrero
a la escarcha salía.
-
Y hacia el seis, mis miradas
hallaban en sus puertas
mis abarcas heladas,
mis abarcas desiertas.

Miguel Hernández