martes, 1 de febrero de 2011
TRANSIDO
Fatigado, acongojado o consumido de alguna penalidad, angustia o necesidad.
Miserable, escaso y ridículo en el modo de portarse y gastar.
El curioso adjetivo que hoy nos ocupa es participio del verbo transir, que significa pasar, acabar o morir -aunque actualmente está en desuso-, y se emplea para calificar a alguien que está acabado, extremadamente fatigado y/o consumido por la necesidad...
Transido quizá sea un adjetivo poco común en el lenguaje hablado, sin embargo se emplea ampliamente en nuestra literatura, al ser sin lugar a dudas una palabra muy expresiva, tal y como nos muestra El Lazarillo de Tormes (novela española anónima de 1554):
…Y tornaron de nuevo a contar mis cuitas y a reírlas, y yo, pecador a llorarlas. Con todo esto, diéronme de comer, que estaba transido de hambre, y apenas me pudieron remediar. Y así, de poco en poco, a los quince días me levanté y estuve sin peligro (mas no sin hambre) y medio sano
Así mismo, César Abraham Vallejo Mendoza (1892-1938) poeta y periodista peruano, considerado uno de los grandes innovadores de la poesía del siglo XX, utiliza nuestra voz de hoy en sus Poemas póstumos
Transido, salomónico, decente.
Ululaba; compuesto, caviloso, cadavérico, perjuro,
Iba, tornaba, respondía; osaba
Fatídico, escarlata, irresistible…
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